10 septiembre 2011

El amor no es un sentimiento, es una decisión


“Este sentimiento que tengo es tan fuerte…” ¿lo han escuchado, verdad? es una de las cientos de frases trilladas acerca del amor que nos enseñan en la TV o en el cine. Nos han vendido la idea de que el amor es un conjunto de emociones. Es cierto que cuando uno está enamorado siente raro el estómago, sudas cuando la persona que te gusta está por llegar y todo, pero… ¿eso es el amor?

No, no lo es. El problema de definir el amor como un sentimiento es que por su propia naturaleza, un sentimiento es pasajero. Hoy puedo sentir cariño por alguien, mañana no. Hoy un compañero me puede caer antipático, algunas semanas más tarde no. Hoy puedo estar perdidamente enamorado, al séptimo año no.

(A lo anterior, ¿notan la diferencia entre “estar enamorado” y “amar a alguien”? el primero es una condición que involucra a una persona y es temporal. El segundo es un acto que necesariamente implica a otra persona y puede ser permanente).

Cabe mencionar que me estoy refiriendo a cualquier tipo de amor, no sólo al amor de pareja. El amor a tus padres, tus hijos, tu novia, tu esposa, tus amigos y quien quiera que te rodee no es una cuestión de sentimiento, sino de decisión.

¿Por qué no de sentimiento? porque los sentimientos son cambiantes y no permanentes. Si nos guiáramos sólo por lo que sentimos, nos hubiéramos ido de nuestra casa cuando éramos adolescentes, hartos de nuestros padres; hubiéramos terminado con nuestra novia en la primera pelea fuerte que tuvimos, cuando no queríamos verla más; hubiéramos mandado al carajo al hijo que con tanto esfuerzo pagamos los estudios y que se gastó el dinero en salidas. Todo eso y más pasaría si nos dejáramos llevar por nuestras emociones, nuestros sentimientos.

Pero ocurre que en medio de una pelea, cuando tienes ganas de decirle a tu esposa a dónde se puede ir, piensas en cuán importante es ella, cuánto han pasado juntos y decides bajar el tono de voz y no faltarle el respeto. O que comprendes que los problemas de tu hijo nacen del divorcio entre tú y su madre hace un par de años y que no consiguió superar, y decides darle otra oportunidad. O que cuando estás harto de que tu abuelo te repita una y otra vez la misma historia, decides tragarte el fastidio y regalarle una sonrisa. O que cuando estás haciendo servicio social en la parroquia, pasas saliva (junto con el asco) y ayudas a un viejo con llagas a levantar la cabeza para que coma.

Eso es amor. Decidiste amar a la otra persona independientemente de los sentimientos que te producía.

¿Crees que la euforia de la pasión se mantiene en una pareja a lo largo de los años? mayormente, no. Sin embargo, cuando ambos toman la decisión de amarse, se muestran permanentemente detalles de cariño que hacen que ese sentimiento y ese compromiso se renueven constantemente. Y el amor se mantiene a lo largo de los años, sin tener nada que ver con los sentimientos de cariño, afecto, frustración e incluso decepción que pueden aparecer durante ese tiempo.

Puedes sentirte frustrado por tu padre. O tu madre, o tus hermanos, o tu esposa. Tendrás sentimientos adversos contra ellos. Pero a pesar de eso, podrás tomar la decisión de respetarlos, que es también una forma de amar. El tener tu vida llena de amor no es andar flotando sobre florecitas sintiéndote querido por todo el mundo; es tomar todos los días la difícil decisión de amar a la persona que está a tu lado, independientemente del sentimiento que ella te provoque.

¿A quién amarás hoy?

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