Una investigación concluyó que cuando los varones observan las bellas figuras de las mujeres sienten un placer similar al que puede producir la bebida o algunas drogas.
Los especialistas señalan que las curvas, sobre todo las de las caderas, son atractivas y sensuales para los varones.
Cuando una bella mujer pasa caminando, la mayoría de los hombres -cualquiera sea su ocupación o compañía en ese momento- desvía su mirada para observarla. Esa acción imparable tiene una explicación y es la adicción que generan las curvas, acompañado por el bienestar que trae a los sentidos.
Así lo establece una investigación realizada en el Georgia Gwinnett College en Lawrenceville que detalla que cuando un hombre observa las curvas de una mujer siente una recompensa similar a la de beber alcohol o tomar alguna droga.
Los especialistas señalan que las curvas, sobre todo las de las caderas, son atractivas y sensuales para los varones porque son símbolos de fertilidad y de buena salud en general.
Por su parte, el psicólogo Devendra Singh y el neurocientífico Steven Platek detallan que las caderas voluptuosas estimulan un sistema interno de recompensa en el cerebro, es decir, activa los mismos centros cerebrales de placer como lo hacen la heroína y cocaína.
Además, activa los centros cerebrales que favorecen la atracción de los hombres hacia las mujeres con una imagen buena de fertilidad.
Independientemente de la reacción del cerebro masculino con la imagen de una mujer curvilínea, otros estudios han sugerido que el ser humano está diseñado para reconocer los rasgos de las personas que más les conviene, por lo que sienten un mayor deseo sexual.
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